Nuestros Especialistas
Dr. Robert Castillo: «Hay que conectar con las personas»
En varias culturas y tradiciones populares se cree que el séptimo hijo, del séptimo hermano, nace con un don especial y/o habilidades curativas. Bajó esta especial condición, nace el Dr. Robert Castillo, en Cantaura, estado Anzoátegui, aunque su espíritu y corazón pertenecen a Maracaibo, donde se mudó con apenas dos años junto a su numerosa familia.
Siendo el más pequeño y consentido, con sólo 16 años decide seguir su vocación y quedarse viviendo solo en esa gran ciudad para estudiar medicina en la Universidad del Zulia, cuando su padre, migra a Estados Unidos y decide llevarse a toda la familia. Con el silencio ensordecedor que dejó la partida de sus seis hermanos, llegó el crecimiento personal: “me costó mucho adaptarme a la soledad. Aunque tenía muchas facilidades, superamigos y súper fiestas, la gran ventaja que tuve es que creyeron siempre en mí, porque a esa y en ese ambiente, el resultado pudo haber sido muy diferente”.
Nada impidió la obtención de una beca de estudio y de trabajo que le permitieron integrarse desde muy temprano a la facultad. También fue preparador de anatomía, lo que influyó en gran parte en su decisión de ser traumatólogo. En Caracas continua su formación, especializándose en ortopedia, artroscopia y reemplazos articulares en el Hospital Jesús Yerena de Lídice y en el Hospital San Juan de Dios: “Yo nací queriendo ser médico, y después que estuve en la carrera hice muchos trabajos de investigación, participé en congresos, viajé mucho, y siempre vi que los traumatólogos eran personas interesantes y a la vez felices. Otros especialistas ponen el énfasis en los casos, pero uno no se puede fijar solo con la patología, hay que identificarse con el paciente”.
En sus consultas diarias, el Dr. Castillo primero busca la empatía en el plano personal, les cuenta a sus pacientes algo que le haya ocurrido, y generalmente ahí empieza la conexión:“Yo prefiero reírme con los pacientes antes de cualquier cosa. Como dice Emilio Lovera, (uno de sus pacientes) el médico venezolano te toca y eso hace la diferencia. Cuando preguntan ¿por qué los traumatólogos tienen fama de ser diferentes? Porque somos divertidos, porque buscamos conectar con las personas, no con las enfermedades. Yo lloro mucho con los pacientes, los atiendo de madrugada y me sensibilizo con ellos”.
Cuenta que llega a Fénix Salud después de trabajar en otras dos clínicas de Caracas, pero esta le llamó la atención porque se estaba volviendo una referencia junto con el Director Médico (Canorea): “Alberto me mostró una aventura, un espacio chiquitito y me dijo, mete ahí tus casos, verás que te va a ir muy bien… eso fua hace más de 10 años y me quedé. Me dejaron entrar de una manera diferente, apoyándolos en todos los sentidos, y comenzó esta gran aventura. De verdad que nunca dudé. Solo me ha pasado cosas positivas, más positivas y recontrapositivas”.
Hoy muestra orgulloso y agradecido su consultorio, con el cual aspira seguir creciendo junto a la clínica: “Me siento comprometido con Fénix, comparto su valores, ellos han sido locos como yo (en el buen sentido), y siento que los pacientes también se sienten identificados con esta clínica y por eso sigo aquí, y me veo aquí por siempre”.
La felicidad tiene muchas caras. En su caso, aprender y enseñar cosas nuevas, viajar y conocer a mucha gente. Así conoció a su pareja. Ella y sus dos hijos, también son parte de esa felicidad: “Soy feliz de conocer gente importante, cuando me llaman para pedirme un consejo… cuando veo a mis dos chamos jugando fútbol. Sólo le pido a Dios que cada uno crea en su camino, sea cual sea, como yo creo en lo que hice. En el futuro lo que quiero es enseñar, aportar y darle a las nuevas generaciones la oportunidad de viajar, conocer nuevas técnicas y que me recuerden por ayudarlos a crecer en un mundo difícil, que puede ser más fácil siendo felices. El progreso y la felicidad no está en un carro nuevo, ni en el dinero, es estar simplemente tranquilo…. Y eso es lo que me da Fénix hoy, la posibilidad de estar feliz.
